Me da un no sé qué

Iniciado por Carson_, Diciembre 26, 2007, 12:16:14 AM

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Carson_

"Senderos de gloria" me gustó; "La chaqueta metálica", psé; "La naranja mecánica", mala de cojones.

Si quieres nos retamos, dime dí­a y hora. Tráete un testigo de tu parte, yo vendré con la Mongola.

Don Pésimo

Sí­, Stanley Kubrick es bastante irregular, a diferencia de Mariano Ozores, que no.
Me cago en el Sistema Solar

Carson_

Don Pésimo, disculpe usted si no me gusta todo lo de Kubrick. Para mí­ está sobrevalorado, qué quiere que le diga. En cuanto a Ozores, otra cosa no, pero regular lo es un rato largo.

Andreas Kartak

Cita de: Carson_ en Diciembre 26, 2007, 12:16:14 AM
He visto a mi padre levantarse cada mañana a las seis de la madrugada, pillar un capazo con la comida del almuerzo, irse a trabajar a la calle, helara o cayera un sol de desmayo.  A mí­ siempre me pareció un poco autista, pero ahora que está medio sordo, pienso en la de años que utilizó un comprensor ruidoso, sin protección auricular.

Cuando le oí­a entrar por el cerrojo de la puerta, gritaba: “¡el papa, el papa!”, como si la casa tuviera que celebrar su llegada. Dejaba el capazo en el suelo, trotaba a lomos a una chiquilla, y yo tiraba de la brida.

Como antes, como siempre, disimula el cansancio, sus flaquezas. Ayer tuvo que parar varias veces camino de casa de mi hermana. Sé que quisiera que no lo viera. Luego me dijo que fue por el paso rápido. Se sentó en el sofá, no disimuló ni por gallito.   




Si tengo que fijar un momento, una acción en la que mi admiración por mi padre llegó a su culmen, fue cuando intentó copiarme un dibujo de Mickey Mouse. Tendrí­a yo ocho años, y le salió un churro inidentificable. Antes y después, trabajó hasta la extenuación, estudió una carrera universitaria de noche, capeando los comentarios de los otros, que lo tachaban de excéntrico por estudiar algo que no necesitaba. Sufrió los malos y los muy malos momentos, sin el optimismo absurdo de frases hechas pero sin parar el paso firme. Ahora veo que se va apagando, bebiendo cada sorbo de aire con más trabajo, y sin que yo encuentre la forma, el momento, la manera de decirle que todo lo que soy, todo lo que puedo ser, se lo debo a él, que no ha conocido Londres, que no deja de ser el que nos cobija.