El pendiente

Iniciado por Medea, Noviembre 14, 2007, 07:13:27 PM

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Medea

Odiaba a Carlos tanto como adoración sentí­a por su hermano Javier, con el añadido de que el primero, Carlos, era mi jefe. Nos conocí­amos de toda la vida, nací­ conociéndolos, lo mismo que a sus padres, a su hermana e incluso a una tí­a soltera que viví­a con ellos. Es su casa la que recuerdo de aquellas largas tardes de verano y son sus meriendas las que más añoro.

Los dos hermanos eran muy distintos, como el bueno y el malo, como el feo y el guapo. Por supuesto que Javier era el bueno y el guapo, o por lo menos lo era a mis ojos, quizá no tanto a los de los demás y Carlos... Carlos no es que fuera feo, en realidad fí­sicamente los dos hermanos se parecí­an un montón, es que yo lo veí­a feo, feo y cruel y ruin y asqueroso y déspota y gilipollas. Vamos, que los años le habí­an convertido en un cabrón en toda regla, un imbécil con su parcela de poder para amargar la vida de sus empleados. Mis esfuerzos eran sus logros y sus errores, mí­os. Era la última persona que alguien desearí­a como jefe y menos en un pueblo, donde no abundan las oportunidades laborales y hay que amoldarse prácticamente a lo que salga.

Pero Javier... Javi era otra cosa. La única pega de Javi era que mi pasión por él era compartida por demasiadas mujeres. Jamás le faltaba compañí­a femenina y yo, que conocí­a mis posibilidades, habí­a ido tejiendo una red estratégica que ni en la guerra frí­a. Era su mejor y única amiga, aunque él no supiera que soñaba con el dí­a en que estuviera en sus brazos, porque lo iba a estar y mientras, permanecí­a lo más cerca posible de él, aconsejándole, ayudándole, escuchándole... vigilándole.

Así­ corrí­an los meses, sin sobresaltos, de vez en cuando algún bache en el camino que esquivaba sin problemas y adelante. Hasta el 30 de Noviembre, cuando Javi, en un estado de euforia total me contó que se iba del paí­s en quince dí­as. La oportunidad de su vida le habí­a surgido nada menos que en Bruselas, una filial de la empresa donde trabajaba le necesitaba allí­ por tiempo indefinido, como mí­nimo un año.
Al principio ni reaccioné, me limité a intentar disimular mi decepción como podí­a, él estaba tan feliz que no reparaba en mis mecánicos y acartonados gestos, no reparaba en mi ansiedad. Me parecí­a increí­ble que justo ahora que poco a poco la vida parecí­a acercarnos, tuviera que irse. Este mismo sábado habí­amos cenado solos, incluso él habí­a anulado una cita con otra chica, note una mirada nueva, í­ntima y eso era más de lo que habí­a recibido de él jamás.

Esa misma noche lo decidí­, le darí­a una sorpresa. Era algo que en más de una ocasión habí­a pasado por mi mente, sobre todo cada vez que lo veí­a salir a hacer deporte. Los dí­as siguientes evite sus llamadas, sus mensajes, esquivé cada intento de acercamiento por su parte. Las extrañas paradojas que tiene la vida hicieron que me buscara más que nunca. Me reservé para su penúltima noche, la que yo llamé "noche de autos". Sabí­a que estarí­a nervioso y no faltarí­a a su cita nocturna con el footing. Le gustaba correr por senderos del pueblo sombreados por las lejanas farolas de las calles principales. Por supuesto que yo conocí­a su ruta, siempre la misma y tocaba sin luna, una noche negra, para los dos.
Y allí­ que me plante dispuesta a sorprenderle. Me escondí­ tras los restos de una tapia olvidada y entre viejos musgos húmedos me dispuse a esperar tranquila, que es un decir.

Al minuto le oí­, me sorprendió oí­rle tan pronto pero tení­a que ser él, nadie pasaba por allí­ a esas horas, ni a esas horas ni a otras. Esperé a que estuviera a mi altura, bajé la intensidad de la linterna más que nada para no delatar mi vergí¼enza y antes de que me abandonase el valor, le asalté por sorpresa.
-No digas nada, soy yo. â€" Como esperaba, entre el susto y la incredulidad de la situación no pudo articular palabra. Llevaba el pasamontañas verde de su hermano, y es que hací­a frí­o, aunque yo no lo sintiera, pero no en vano estábamos casi en diciembre.

Apagué del todo la linterna y fui al grano. Le quité el dichoso pasamontañas y le me lancé a su boca. Mordí­ a bocajarro y le despeiné con caricias, le querí­a entero, a mi merced. A Javi le costó reaccionar pero acabamos comiéndonos como salvajes. En apenas un minuto tení­a los labios a explotar, gordos y calientes como nunca. Nos besamos con los dientes, con la lengua, con todos los sentidos alerta, me empapé de su olor, de su sabor que me llegaba como el fresco de la noche. Paré un poco, jadeaba tanto que necesitaba un respiro y me pareció el momento idóneo para darle mi regalo. Le habí­a comprado un pendiente, un diamante pequeñito para su oreja como a él le gustaba. -Tengo algo para ti, quédate quieto- le dije- y me dispuse a colocárselo. Mi sentido de la orientación no me ayudó demasiado a la hora de encontrar el agujero, no daba con el, pero al final se lo puse, habí­a hecho la misma operación cientos de veces.

Volví­ a lo mí­o y sin darle tiempo y sin darme tiempo a pensar me lancé a sus pantalones. Le di un último beso con mi mano en su bragueta, moviéndome por él sin delicadeza ninguna, explorando y acariciando a la vez. Al minuto siguiente estábamos tumbados en la hojarasca con su polla en mi boca. Me la comí­ entera, con las ganas del tiempo atrasado acumuladas en el alma. Me la comí­ con el corazón y con los labios ardiendo. Mordí­, aspiré, lamí­ cada milí­metro y cuando se corrió en mí­, no le di opción a que me dijera nada, salí­ corriendo a la protección de mi cama. Mañana serí­a otro dí­a, me enfrentarí­a a él, hablarí­amos, le dejarí­a toda la noche para que lo asimilase, para que decidiese. Desconecté el móvil y me fui corriendo a intentar dormir.

Desperté a mediodí­a, apenas habí­a dormido dos o tres horas, era ya hora de levantarme cuando lo habí­a hecho. Desperté con el timbre de la puerta insistiendo doloroso. Me explotaba la cabeza, siempre me habí­a sentado fatal dormir poco, pero lo de hoy clamaba al cielo. Los acontecimientos de la noche anterior me asaltaron sin piedad, pero por una vez el puto timbre me echó una mano y me los quito de la cabeza. -Que no sea Javi, que no sea Javi- rogaba a no sé que o quien. Ufff por una vez el cielo me ha hecho caso, pensé, al ver desde mi escondrijo de la ventana a Carlos, el hermano de Javi, plantado en la puerta, llamando como un loco -Dios, qué querrá este imbécil ahora, no estoy de humor- pero el timbre sonaba y sonaba, sonaba y sonaba... a regañadientes me desplacé hasta la puerta y abrí­.

-¿Qué pasa?- no me molesté en darle los buenos dí­as, no estaba de humor.

-Hola cariño...

No me hizo falta más. No me hizo falta ver su sarcástica sonrisa, porque el brillo del diamante en su oreja lo deslumbraba todo. Mi pendiente. El pendiente que no encontraba su agujero. El pendiente de Javi que yo habí­a puesto a Carlos, en mi noche para Javi...

Oddball

(que final mas trepidante)

Medea


Dolordebarriga

Mi abuela compraba el Pronto, una gran revista, sin lugar a dudas. Tení­a un apartado de nombre "Un hecho real" en el que los lectores (o los redactores, que eso no llegué a saberlo nunca), mandaban sus escabrosas experiencias con el fin de que sirvieran de advertencia para el resto de lectores.

Supongo que como aspirante a escritor ver tu relato publicado es lo máximo. Si cambias lo de "Al minuto siguiente estábamos tumbados en la hojarasca con su polla en mi boca" por algo un poquito más apto para las abuelas (que también han follado y mucho, pero parece que ya se les ha olvidado) tienes premio seguro.

Tú, no te digo na pero te lo digo too;

Dolordebarriga
"Yo siempre documento lo que digo"

Medea

Que casualidad que siempre son las abuelas, las madres, las hermanas o la mujer las que compran el pronto ¿eh?

Me pongo a ello y lo envio.  :)

Dolordebarriga

CitarMi abuela compraba el Pronto, una gran revista, sin lugar a dudas

Esta frase carece de todo sentido irónico. Entre la basura del Hola y demás prensa rosa inn y la calidad del Pronto media(ba) un abismo.

En los 80, se las gastaban con titulares en portada del tipo "Starsky muere" (este es verí­dico) para luego subtitular ya dentro de la revista "En su próxima pelí­cula el actor que protagoniza la exitosa serie "Starsky y Hutch" encarna a un narcotraficante que acaba muriendo.". Luego suavizaron las portadas, pero el interior continuaba siendo enorme. Era llegar a casa de mi abuela y lanzarse a la carrera en busca del Pronto. Los perdedores aguantaban con mal disimulado fastidio las risas y comentarios del afortunado/a que por joder se leí­a hasta los anuncios miniletra de crecepelo.

Por si fuera poco, el Pronto no tení­a la mala hostia de los programas de tripas que te ponen ahora por televisión. Eran chuscos pero sanotes.

Gran revista Pronto. Si todaví­a la publican corre al quiosco a por una y me cuentas que tal está ahora.


Tú, el Pronto es la madre de todos los areopagos del mundo;

Dolordebarriga   
"Yo siempre documento lo que digo"

Musaraña

Cita de: Dolordebarriga en Diciembre 17, 2007, 10:52:22 PM
Gran revista Pronto. Si todaví­a la publican corre al quiosco a por una y me cuentas que tal está ahora.

Tú, el Pronto es la madre de todos los areopagos del mundo;

Dolordebarriga 

Dolordebarriga, si no fuera por el corte que me da me hací­a una foto cubierta únicamente por la portada de la Pronto de la semana en curso y te la enviaba por email. Para tu información, la sección "Un hecho real" perdura con más fuerza que nunca. Y también para tu información, cuando era adolescente, tras leer dicha sección semana tras semana extraje una pauta de forma y fondo que se cumplí­a más o menos en el 90% de las historias. Así­ que una de tantas ideas monguis que se me ocurrieron por aquella época, fue falsificar un relato y enviarlo a la Pronto a ver si  colaba. Mi segunda intentona fue hacerlo con los relatos de la Superpop que diferenciando al público a quien se dirigí­an tení­an exáctamente el mismo formato que los de la Pronto (no en vano ambas son de la misma editorial).
Por desgracia, igual que no te mando la foto con la portada, al final no me atreví­ a enviar los relatos. No se si los hubieran publicado o no. Sólo se que en un lugar de mi armario de cuyo fondo no quiero acordarme existen dos lamentables historias: una, de una chavalusca que vive su primer amor y su primer magreo light y otra de una ama de casa que lo pierde todo por su adicción al alcohol. Ni el fondo del armario de Narnia da tanto yuyu.

a priori

Cita de: Pete Sematary en Noviembre 15, 2007, 12:52:51 AM
(que final mas trepidante)

Sí­.  Es muy navideño.

(bueno, sobra un font)

Medea

Cita de: a priori en Diciembre 19, 2007, 07:39:02 PM
Cita de: Pete Sematary en Noviembre 15, 2007, 12:52:51 AM
(que final mas trepidante)

Sí­.  Es muy navideño.

(bueno, sobra un font)

Corregido. No me habí­a dado cuenta.

Dolordebarriga

Tu enemistad con las fotos es por todos, los del otro lado, bien conocida. De hecho hay porras sobre si eres un/a shemalote o simplemente tremendamente tí­mida. Así­ que no te preocupes, con que me mandes la portada del Pronto escaneada, sin starlett ni nada tras ella, yo ya seré inmensamente feliz y derramaré colmado miles de espermatozoides sobre la pantalla. 

Veo que tú, además, la llamas "la Pronto" como "la mar" o "la calor" dato que revela lo profundamente tuya que la sientes.

Y ya que estamos porque no nos animamos y entre unos cuantos elaboramos, si la revista sigue publicándose, nuestro muy particular "Un hecho real". mira, si hasta tengo el tema y todo escogido "Sobre como el participar en un foro de pedantes  acabó destrozando mi vida tras ser baneado por el moderador". Si tengo un rato luego inicio el hilo.


Tu, que bello es vivir;

Dolordebarriga
"Yo siempre documento lo que digo"