Todaví­a recuerdo...

[ferdinand]

... la cara de felicidad que tení­a el dí­a que se casó su último hijo, el pequeño, mi amigo. Con ella, y con su familia, los protocolos no sirven para nada. Se trajo al coro rociero en el que cantaba y, sin dejar de ocupar el lugar que le correspondí­a por la ceremonia, cantó todas las canciones con sus amigas; mientras contemplaba la felicidad de los que todaví­a eran suyos con el orgullo tranquilo que tienen las madres que empiezan a sentir que ya han hecho todo lo que tení­an que hacer en la vida.
Todaví­a recuerdo, estando en un corrillo de esos de gente que se atiborra de canapés, que pensé que veí­a a su marido algo más echado a perder que a ella, tan rumbosa, bailarina, sonriente... tan señora...
Ayer volví­ a ver a mi amigo. No lo veí­a desde el dí­a que todaví­a recuerdo. Estaba en medio de la calle en mangas de camiseta, delante de la que una vez fue su casa. Pasado un rato, un rato largo, y cayendo un frí­o pesado , de esos que parecen gotear de las mismas estrellas, hablamos de aquel dí­a, de lo bien que fue todo, de lo felices que éramos todos, de lo feliz que era ella. Y no pudimos sino desear que aquel dí­a volviera. Siempre. Todos los dí­as. Y que no existiera otra cosa en el mundo más que aquel dí­a. Aquel dí­a, y la sonrisa de la madre de mi amigo. Todaví­a la recuerdo.