Este hijoputa a mi juicio escribe muy bien:
http://elanacoreta.blogspot.com/
Un ejemplo: sobre las estudiantes (me figuro que el autor aandará por los 40, es profesor y describe la fascinación por la carne de sus alumnas):
Con las estudiantes me siento más que bien, pese a que envejezco a cada gesto mío y a cada mirada suya. Me comentan y no escucho porque recuerdo que esta noche tengo que aplicarme el tratamiento anticaída, que algunas mañanas me rezongan los riñones y que los de mi quinta nos la pelamos mucho con Ginger Lynn, porque no teníamos el gusto definido y confundíamos la belleza con lo angelical. Porque la lujuria todavía nos quedaba lejos y a ojos vista no había más que una necesidad inmediata enturbiada por las cosas del amor. Luego, hace un rato, un maricón altivo y señorial va y me halaga en el restaurante, con lo cual se da un equilibrio cósmico y en definitiva me siento bien, mejor que con nadie, con las estudiantes. Porque son guapas, dulces y en apariencia maleables, aunque me da que tienen corazones de antracita, ignífugos, con mucho futuro no por delante, sino alrededor. Son estupendas estas chicas. Una de ellas lleva las uñas descascarilladas de magenta y tiene la piel satinada en la espalda; una espalda que se encarnece hacia el lomo, algo importante, un caudal. Otra es un animal de los que jamás se olvidan: líquido, fluvial, toda ella mucosa y lava tibia, y un ser, como si dijéramos, que se sabe deflagrador de un recuerdo soberano como esta mesa, un recuerdo que será la coda de una canción en mi cabeza. Todos los hombres aquí saben de qué hablo. Yo no sé. Todos los hombres hoy aquí son broncos y todas las mujeres didácticas. Y qué lírico todo también, joder, mierda ya el vino blanco.