¿El fin de la lectura-lectura?

[belzebu]

Puede estar bien traí­da la metáfora si se entiende malograr como "desperdiciar, desaprovechar"; ahora, tengo la impresión de que se estaba interpretando como "estropear", lo cual no viene al caso.

Pedanterí­as aparte, empezar leyendo de niño tebeos y Harry Potter, puede conducir de adulto a seguir leyendo lo mismo toda la vida, o animarse con Proust o Celine; dependerá de cada persona. Sin embargo, si te obligan a leer de niño a Proust (o El Quijote, algo muy habitual), en la inmensa mayorí­a de los casos odiarás de adulto leer a Celine, e incluso a Dan Brown. Como bien se ha dicho aquí­, cada etapa de la vida tiene su tipo de libro. Y en todo caso, yo prefiero a alguien que sólo lea Harry Potter y Dan Brown, a que no lea absolutamente nada. Los intelectualoides pagados de sí­ mismos sólo quieren una dicotomí­a entre marqueses o aldeanos, sabios o burros: si la gente no lee a Joyce, que no lea nada; los que se quedan en el punto medio, son mediocres y por tanto despreciables. Y semejante conducta soberbia es lo que lleva a tantos a preferir ser burro o como mucho mediocre, pero nunca sabihondo.

[tema17]

Puede estar bien traí­da la metáfora si se entiende malograr como "desperdiciar, desaprovechar"; ahora, tengo la impresión de que se estaba interpretando como "estropear", lo cual no viene al caso.

Pedanterí­as aparte, empezar leyendo de niño tebeos y Harry Potter, puede conducir de adulto a seguir leyendo lo mismo toda la vida, o animarse con Proust o Celine; dependerá de cada persona. Sin embargo, si te obligan a leer de niño a Proust (o El Quijote, algo muy habitual), en la inmensa mayorí­a de los casos odiarás de adulto leer a Celine, e incluso a Dan Brown. Como bien se ha dicho aquí­, cada etapa de la vida tiene su tipo de libro. Y en todo caso, yo prefiero a alguien que sólo lea Harry Potter y Dan Brown, a que no lea absolutamente nada. Los intelectualoides pagados de sí­ mismos sólo quieren una dicotomí­a entre marqueses o aldeanos, sabios o burros: si la gente no lee a Joyce, que no lea nada; los que se quedan en el punto medio, son mediocres y por tanto despreciables. Y semejante conducta soberbia es lo que lleva a tantos a preferir ser burro o como mucho mediocre, pero nunca sabihondo.

Me he perdido entre tanta parrafada anterior.....Llevas razón en lo de que leer al Potter de enano induce después a descalabros varios como el Brown y un largo etcétera de escritores a lo que cuales personalmente colgarí­a de los huevecillos en el campanario de la iglesia. El Potter, nos guste o no nos guste es una obra maestra (marketing aparte), si obviamos a escritores como Gerral Durrell y Roald Dahl; el problema en este paí­s y os lo cuento de primera mano, con la lectura, empieza en los colegios y bibliotecas, donde profesoras y profesores, bibliotecarios y bibliotecarias negocian con editoriales (no voy a poner nombres no sea que me denuncien) encuentros con determinados autores, libritos para leer en clase, etc.... y donde llegan los comerciales a los mostradores bibliotecarios y a cambio de x compra yo te regalo g regalo, ¿suficientemente clara mi exposición, verdad?

Dios mí­o, que empiecen a recomendar autores como Ende, Durrell, Gripe y demás, y se dejen de Calderones, Sierras y Fabras... que luego pasa lo que pasa.... acaban todos leyendo novela histórica, histórica y mala, pero mala, mala, mala.

En fin, un dí­a que tenga ganas os hago una tesina-forera al respecto.

[Rednuts]

y yo seguiré comiéndome mis Calipos

Aquí­ el hilo podrí­a haber tomado un giro interesante y se ha desaprovechado en perogrulladas.

Pero eso no quiere decir que entre los raperos no pueda haber auténticos poetas

Y hasta aquí­ he leí­do, por lo indignante de la frase y por ser el último mensaje.

Tú calla, pedazo de maricón!

Ya que se solicita mi opinión de manera tan vehemente, vale. Ni he leí­do todo el hilo ni mucho menos el mensaje que lo abre, pero para lo que se espera de mí­ tampoco se va a notar. Lo que me parece así­ mirando por encima es que rondáis en una dicotomí­a obras de enjundia/coñazo king size y obritas ligeras/divertimento. La cultura no tiene que ser necesariamente pesada y difí­cil, ni leerse en el saloncito de reflexión casero con batí­n y un hilo musical de Bach sonando muy flojo, para inspirar y no distraer. Ahí­ tienes por ejemplo los cuentos de Borges, que son alta cultura ISO 9001 y te los tragas uno detrás de otro en el metro, o a Sade, a quien se puede leer mesándose la perilla con una mano y ordeñándose el nacle con la otra. ¿Es de esto de lo que discutí­ais? ¿O de que os parece mal que la gente lea lo que le salga de la polla, o qué?

También recuerdo un mensaje de Firmado que trajo muchas adhesiones sobre que lo inteligente es tener gustos amplios y tal, y vale, muy bien, pero supongo que podremos poner un lí­mite, ¿no? Puedo ser imbécil por muchas cosas, pero no porque me puedan gustar las cositas de Hank Williams hasta las de Haendel pero Juanes me parezca una puta mierda y Estopa lo peor que le ha pasado a España, y meto ahí­ la Guerra Civil.

[Recolectando]

Puede estar bien traí­da la metáfora si se entiende malograr como "desperdiciar, desaprovechar"; ahora, tengo la impresión de que se estaba interpretando como "estropear", lo cual no viene al caso.

Pedanterí­as aparte, empezar leyendo de niño tebeos y Harry Potter, puede conducir de adulto a seguir leyendo lo mismo toda la vida, o animarse con Proust o Celine; dependerá de cada persona. Sin embargo, si te obligan a leer de niño a Proust (o El Quijote, algo muy habitual), en la inmensa mayorí­a de los casos odiarás de adulto leer a Celine, e incluso a Dan Brown. Como bien se ha dicho aquí­, cada etapa de la vida tiene su tipo de libro. Y en todo caso, yo prefiero a alguien que sólo lea Harry Potter y Dan Brown, a que no lea absolutamente nada. Los intelectualoides pagados de sí­ mismos sólo quieren una dicotomí­a entre marqueses o aldeanos, sabios o burros: si la gente no lee a Joyce, que no lea nada; los que se quedan en el punto medio, son mediocres y por tanto despreciables. Y semejante conducta soberbia es lo que lleva a tantos a preferir ser burro o como mucho mediocre, pero nunca sabihondo.

La identificación entre perlas y margaritas la desconocí­a, maese, y me ha despertado usted la curiosidad; me gustarí­a que lo explicase si no es eso abusar de su confianza.  Pero la acepción normativa de malograr sí­ la conocí­a y era en ella en la que pensaba.  Acabo de comprobar en el abreviado de Manuel Seco, que en el español de uso sí­ está recogida su acepción de "estropear o echar a perder", como primer significado además; de modo que dejo de sentirme tan tonta por haberme pasado casi toda la vida entendiéndo 'malograr' y 'estropear' como sinónimos, hasta que hace bien poco conocí­ su ¿verdadero? significado.  Construí­ mi metáfora partiendo de malograr como no aprovechar (y me acaba de pasar por la cabeza la asociación entre 'aprovechar' y el 'buen provecho' con el que saludamos a nuestros compañeros de agápes, de modo que nos seguimos moviendo en el campo semántico de comer, pero esa es su especialidad y no me gusta caer en el intrusismo): las margaritas (perlas) no les harán provecho a los cerdos y por tanto no les satisfarán, no les saciarán. Mi metáfora sólo cobraba pleno sentido puesta en relación con la cita de Viagio a Italia (o Te querré siempre, que fue el tí­tulo cursi con el que se comercializó en España).  Pero mucho me temo que esa parte se ha perdido porque no parece que ninguno de ustedes haya visto esa pelí­cula.  Y no voy a contarla aunque es uno mis fetiches, porque si no es que acabaré hablando de cine en cada hilo que toque.

Respecto a que si no leen a Joyce mejor que no lean, no es eso lo que he defendido ni menos lo que pienso.  Personalmente me da igual que lean obras de enjundia/ coñazo king size, alta cultura ISO 9001 devorable en el metro (como las ha denominado Cuellorojo), literatura de evasión, de todo un poco, o nada de nada.  Serán más cultos, en el sentido que agrada a Scardy, los que lean los dos primeros tipos, pero eso no les hace mejores; les convertirá en más gratos para mí­, pero sólo porque yo me lo paso teta charlando de banalidades pedantes.  Considero que las tiraní­as son malas tengan el signo que tengan, de modo que ni apoyo a quienes pretenden que se expulse de la ciudad a los leedores de Best-Sellers, ni a los que te espetan que el saber no está en los libros sino en la vida y se quedan  más anchos que largos; que nadie le diga a nadie qué tiene que hacer.  Que todos se respeten o como mí­nimo que se toleren, aunque sea con pose de perdonavidas.  La vida será más sencilla si nos dejamos en paz los unos a los otros.

Respecto a qué recomendar a los adolescentes, el criterio que usted sugiere es muy válido como máxima general.  Sin embargo, he sido docente, y sé que esa máxima admite numerosas excepciones.  En verdad, y aunque ello no pase la prueba de la demostración cientí­fica, da igual qué se recomiende, lo importante es el cómo, o, mejor expresado, el entusiasmo que el docente sea capaz de transmitir.  Antes que fraile fui monaguillo, monaguillo en un Instituto de barriada, en segundo de BUP tuve el placer de tener un profesor de literatura tocado por el don de la magia, nos hizo leer cosas impensables y que encima las entendiéramos y nos gustarán, El Tunel de Sabato, por ejemplo; lo que se ha quedado grabado en mi memoria, es la imagen de mis compañeros, protodelincuentes alguno de ellos, corriendo por el pasillo llevándose a caballito, al grito de ¡Monjoooooooooya!, porque disfrutamos como enanos leyendo La Canción de Roldán.  Muchos años más tarde yo misma pude gozar haciendo que una panda de locos bajitos se enamorara del cine, proyectándoles cine mudo, agotando sus muñecas con los apuntes y matándoles de trabajo.  Los muy bordes me lo pagaron haciéndome llorar en el tren que me traí­a de vuelta a casa, por regalarme un ramo inmenso lleno de flores de mi color favorito y una placa de plata donde se lee: Gracias a ti por habernos descubierto los no lí­mites de lo desconocido.  Tus pequeños cinéfilos, (no se les puede pedir que no sean rimbombantes con dieciseis añitos).

De modo que Bic será perfectamente capaz de llevar a la lectura incluso a los que no hayan leí­do otra cosa que las instrucciones del microondas, y hará que los felices pocos sean muchí­smos más de los que habrí­an sido si él no hubiese existido. Pero eso no hay que decí­rselo mucho, o dejará de ser un torrente de entusiamo para convertirse en un engreí­do chuleta.

Creo que mis hormonas no andan demasiado bien, pero puedo jurar que no estoy menstruando.

[Dan]

Las editoriales norteamericanas potentes están ya volcadas en esto, amigous.

[El_Desaprensivo]

Pues está de puta madre; es como un Mac en pequeño y extrafino.



Aunque el dedito del tipo me pone un poco de los nervios... tan estiradito y recto, como si acabara de salir de un tacto rectal...