Carlo, sé sincero, lo que a ti te pasa es que no confías en mi buenhacer. No sé si reclamaré o no, lo que está claro es que si han sido legales no tienen nada que temer y a mí, por lo pronto, me llevará una mañana de papeleo. También te digo que quien no llora no mama. Al menos la reclamación de la funda nórdica ha dado resultado: me la cambian porque en el etiquetado siquiera aconsejaban el lavado en agua fría.
Se me suele ir la fuerza por la boca, me aplaco, y me olvido enseguida. Pero de un año a esta parte, me está superando el goteo de circunstanscias adversas -si tú quieres, chorras- pero que acumulativamente me hacen replantear el ejercicio de ciudadanía sumisa y abnegada, acoquinando por todas partes y sin rechistar.