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Feminismo.

Iniciado por Nicotin, Mayo 25, 2008, 11:23:12 PM

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Baku

It's very difficult todo esto.

Glatts

Cita de: Karraspito All Stars en Febrero 04, 2019, 08:43:38 PM
Cita de: Glatts en Febrero 04, 2019, 08:15:26 PM
Correcto, el flamenco es de origen celta.

   ¿No era árabe?

Me equivoqué es de origen ibérico.

usuario

No me creo lo del idos

Tejemaneje

Cita de: k98k en Febrero 04, 2019, 07:44:59 PM
Cita de: Dan en Febrero 04, 2019, 03:59:06 PM
... Y después abroncan a los Chunguitos por ser partícipes de la invisibilización, la apropiación cultural y la payización del flamenco.

Con un par y como guinda LED.

Lo que me flipa es la cantidad de criajos que se ponen puristas con esa música, que ya era una reputísima mierda entonces. Y ahora a la altura de Bach, vamos.

El flamenco para empezar no es gitano, se lo apropiaron ellos. El que le roba a un ladrón...

Fíjate con qué gracejo contesta el tal Bigote Prusiano, habitualmente un fascista desnortado:

https://twitter.com/la_meseta_uber/status/1092391045252481031

Lacenaire

Le he dado por imperiosa curiosidad y twiter, mano ejecutora de los designios del universo, me dice "algo ha salido mal".

Dan

"Pues no van a dejar ni las bisagras"

Dan

Cita de: Baku en Febrero 04, 2019, 07:43:10 PM
Cita de: Dan en Febrero 04, 2019, 03:59:06 PM
Lo que me flipa es la cantidad de criajos que se ponen puristas con esa música, que ya era una reputísima mierda entonces. Y ahora a la altura de Bach, vamos.

A ti no te quedan huevos para volver al barrio.

No teníamos discusiones ni nada el Rafa Fortuna y yo con esto.

Además, ahora es un jardín. Los ochenta vuelven a la tele, no a la Quinta Julieta.
Lo sé porque corro por ahí.

yonnon

Nos hemos equivocado en materia de violencia de género: no supimos reaccionar antes, cuando se constató la instrumentalización de la norma para fines que no le son propios, y tampoco estamos sabiendo reaccionar ahora ante quienes la usan como una mera consigna arrojadiza en la arena política.

Una de nuestras más grandes equivocaciones ha sido demonizar cualquier atisbo de crítica a la ley. Desde las instituciones y los medios de comunicación se ha desacreditado y tildado de maltratadores, machistas y otras lindeces a quienes han apuntado a cuestiones tan graves como la asimetría penal, los incentivos perversos para instrumentalizar las denuncias en procesos de divorcio, custodia o por mera venganza, y el surgimiento de una mastodóntica e ineficiente administración paralela bajo el paraguas de la asistencia y ayuda a la mujer maltratada.

    Los defensores a ultranza de la ley lo son por muy diversos motivos, pero durante mucho tiempo han coincidido en señalar al crítico o discrepante como enemigo

Los defensores a ultranza de la ley lo son por muy diversos motivos, pero durante mucho tiempo han coincidido en señalar al crítico o discrepante como enemigo, como si una especie de venda no les permitiese ver que algunas de las críticas tendentes a corregir los errores o problemas que ha evidenciado la aplicación ley demuestran una preocupación genuina por la protección efectiva de la mujer maltratada si acaso aun mayor que la de aquellos que se limitan a parapetarse tras el eslogan y la barrera de su propia sinrazón.

Como no podía ser de otra forma, esta actitud ha tenido como respuesta un movimiento contestatario, convirtiendo la materia en un auténtico campo de batalla, con dos bandos polarizados, que se arrojan unos a otros adjetivaciones gruesas, datos sesgados y consignas desde sus respectivas trincheras. Y mientras el público anda distraído con los fuegos artificiales de los respectivos contendientes, se obvia tanto a las auténticas víctimas, como a aquellos actores que cuentan con la formación necesaria para asistirlas, protegerlas y atenderlas, como policías, jueces, fiscales y abogados del turno de oficio, y se distraen para otros fines los recursos y medios que debieran destinarse a todos ellos.

Así que creo importante que se abra un debate serio y responsable sobre la ley y sus aspectos más conflictivos, que gire en torno a la protección y asistencia de la víctima que sea capaz de concluir propuestas efectivas y socialmente consensuadas. Y para ello tenemos que ser capaces de querer escuchar e intentar comprender a aquellos que, desde posiciones no ideologizadas, señalan esos problemas, algunos ya constatados por las últimas sentencias del Tribunal Supremo, como la asimetría penal y los incentivos perversos para instrumentar las denuncias por violencia de género, que voy a intentar explicarles a continuación.

La asimetría penal supone, en síntesis, que se castigue con una pena mayor el maltrato del hombre a la mujer, que la de la mujer al hombre. Mucho se ha escrito respecto a esta cuestión, afirmando o negando su existencia, pero yo considero ese debate resuelto tras la sentencia del Tribunal Supremo de 20 de diciembre de 2018 (STS 677/2018), en la que, a instancias de la fiscalía, se condena con una pena de prisión mayor a un hombre que discutió con su pareja en un local de ocio sobre si debían o no regresar a casa. Básicamente, ella le propinó un puñetazo, el respondió al golpe con un tortazo, y ella entonces le propinó una patada, sin causar lesiones. A pesar de que existieron agresiones mutuas, y de que no se denunciaron el uno al otro, el Tribunal condena al hombre a seis meses de prisión, y a tres a la mujer, además de otras penas accesorias.

    Resulta absurdo negar la existencia de una discriminación punitiva por razón de sexo

Tras esta sentencia, resulta absurdo negar la existencia de una discriminación punitiva por razón de sexo. Tampoco tiene sentido justificarla en obligaciones asumidas por España con la ratificación del Tratado de Estambul, pues éste no impone en su articulado discriminación alguna. Si tienen interés a este respecto, les remito a la brillante explicación de @JudgeTheZipper:

    Tras la STS 20 diciembre 2018, ha salido a la luz pública la asimetría penal en VG. Frente a quienes sostienen que estamos ante un error de la LIVG, hay quiénes han enarbolado el Convenio de Estambul. Veamos si este Convenio ampara esta asimetría. Hilo va.

    — Judge the Zipper (@JudgeTheZipper) 16 de enero de 2019

En cuanto a los incentivos perversos para instrumentalizar las denuncias por violencia de género, se trata de una cuestión íntimamente ligada a la famosa polémica del 0,01% de denuncias falsas.

Las estadísticas demuestras que entre un 70 y 80% de las denuncias por violencia de género se archivan o sobreseen. Esto no quiere decir ni que el 80% de las denuncias sean falsas, ni que todas ellas describan un hecho real que cae en el olvido judicial.

La ley de violencia de género contempla, con cierta lógica, que el hecho de encontrarse encausado por un delito de maltrato acarrea para el acusado la posibilidad de que se acuerde la suspensión del ejercicio de la patria potestad, guardia y custodia, régimen de visitas, etc. Además, los protocolos de actuación en materia de género suelen imponer la detención de los denunciados por las fuerzas y cuerpos de seguridad para su puesta a disposición judicial aún cuando el supuesto delincuente no sea sorprendido cometiendo el delito o después de cometerlo (in fraganti), sino simplemente cuando interpreten que la situación lo aconseje.

Ante esta situación, muchas mujeres (muchas veces mal aconsejadas por sus letrados) caen en la tentación de instrumentalizar la denuncia por maltrato, ya sea para obtener una posición de fuerza en el proceso de divorcio, ya sea por mera venganza contra su expareja o incluso para acceder a ayudas de contenido económico. La denuncia puede ser realizada por escrito o incluso telefónicamente (deberá ser ratificada después), e inicia un proceso que, en más ocasiones de las que debería, acaba con el denunciado en el calabozo durante horas, incluso días, antes de ser puesto a disposición judicial.

Claro que interponer una denuncia falsa es un delito, pero que prospere una denuncia por este hecho no es fácil, y eso lleva a que muchos de los afectados por la misma, así como los propios jueces y fiscales, se encuentren atados de manos. Me explico: la denuncia falsa está castigada con penas de multa, que varían en función de la gravedad del delito denunciado. En teoría, para que exista denuncia falsa bastaría con acreditar que se han abierto actuaciones judiciales como consecuencia de la denuncia. Pero en la práctica, la denuncia falsa en materia de género será viable cuando haya existido cierta proactividad de la víctima con la acusación más allá de la mera denuncia, pues si ésta tras denunciar se limita a no ratificar la denuncia, o a acogerse a su derecho a no declarar, el sobreseimiento o archivo se producirá por la falta de pruebas más allá, lo que no implica necesariamente falsedad en la acusación.

La existencia de estas situaciones ha quedado implícitamente reconocida por el Tribunal Supremo en una sentencia de este pasado mes de enero, en la que la Sala impone pena de cárcel a una denunciante que acusó falsamente a su esposo de maltrato, ratificando la denuncia en juicio, subsumiendo el delito de denuncia falsa en el de falso testimonio, pues se considera a la víctima un testigo cualificado.

    Resulta imposible cuantificar cuantas de esas denuncias que se encuentran entre el 70 y 80% de las archivadas son falsas, pero no parece que sean solo un 0,01%

¿Pero que sucede cuando la denunciante no ratifica la denuncia en juicio? Pues que el juzgador no puede concluir que se encuentra ante una denuncia falsa sin más, sino que tiene que valorar la posibilidad de una ausencia de material probatorio (nunca olvidemos que la ley penal no puede interpretarse expansivamente), lo que probablemente llevará al sobreseimiento o archivo de las actuaciones o, en el peor de los casos, a una pena de multa de escasa entidad.

Así que resulta imposible cuantificar cuantas de esas denuncias que se encuentran entre el 70 y 80% de las archivadas son falsas. Es evidente que no todas lo son (algún político ha llegado a afirmar que solo 3 de cada 100  no son falsas), pero también que las que lo son no forman parte de la estadística tan jaleada del 0,01%, que se refiere a las denuncias falsas sentenciadas en firme.

Por último, quisiera hacer mención a la cuestión de la administración paralela. Bajo el paraguas de la ley de violencia de género ha surgido y crecido una descomunal administración, escasamente auditada y con una eficiencia cuestionable, que recibe fondos ingentes que, por desgracia, parece que no llegan a quien debiera, la víctima. Yo personalmente dudo mucho que este problema se solventase sustituyendo la actual ley por una de violencia intrafamiliar, que a lo sumo conseguiría ampliar a los colectivos receptores de fondos, o sustituir a unos por otros, pero que no redundaría necesariamente en una mayor eficiencia o asistencia y protección de la víctima.

Es necesario que, de una vez por todas, renunciemos a peligrosas e indeseables acusaciones o victimizaciones colectivistas, y que seamos capaces de plantear un debate constructivo sobre una materia compleja, y dejemos de una vez por todas de instrumentalizar políticamente el dolor.

https://disidentia.com/la-livg-y-la-instrumentalizacion-politica-del-maltrato/
desde el momento que se destruye la reputación del que disiente, se cierra la boca al que tiene otra opinión, se censuran las voces disonantes y se instaura un relato único, desde ese momento ya no es ciencia, es propaganda.

usuario

Teahorrounscroll:
Pollaherida
Llorona
etc.

Greñas

No le quites al machofaker alfa la ocasión de lucirse.
Las abejas no pierden un segundo de su existencia mostrando a las moscas que la miel es mejor que la mierda.

usuario

Fake news

¿Cuánto cuesta joder una vida con una mentira? 8 fines de semana y unos miles de euros

https://www.diariodesevilla.es/juzgado_de_guardia/actualidad/Condenada-menor-Cadiz-denuncia-falsa-violacion_0_1322867908.html

Condenada una menor a 8 fines de semana de arresto y a pagar 4.000 euros por una falsa acusación de violación
Diario de Sevilla
4-5 minutos

Una menor gaditana ha sido condenada a ocho fines de semana de arresto y 4.000 euros de indemnización por una falsa denuncia por malos tratos físicos y psicológicos, amenazas de muerte, agresiones sexuales. La denunciante tenía 17 años en el momento de los hechos, y el denunciado, 18 años, por lo que fue juzgado como mayor.

La menor ha sido considerada en la sentencia del Juzgado de Menores número 1 de Cádiz autora responsable de un delito de denuncia falsa porque, según concluye el fallo, "actuó con un temerario desprecio a la verdad, debiendo incidirse en que en ninguno de los dos procedimientos se ha podido obtener los mínimos indicios o datos objetivos incriminatorios" contra el joven. En el auto de sobreseimiento de la denuncia de agresión sexual, se tiene en cuenta además "la animadversión de la denunciante "contra la que fuera su anterior pareja, dado que en la actualidad tiene una nueva relación".

La menor ha sido condenada tras, según indica la sentencia, "la falta de acreditación de lo hechos denunciados" en el marco de una investigación llevada a cabo por el grupo de delitos tecnológicos de la Policía Judicial. El informe policial califica el relato de la menor de "ambiguo, lleno de lagunas y carente de credibilidad", además respecto al dinero que ella dijo que le había entregado al joven bajo amenazas, el informe policial indica que ella lo abonó días antes de la denuncia en un hotel de cuatro estrellas, "siendo el descubrimiento de la falta de dinero en su casa, el detonante para interponer la denuncia".

La chica presentó la denuncia junto a su padre motivada por la falta de dinero y había manifestado que "estaba obligada a cogerle dinero al padre para dárselo a él bajo amenaza de hacerle algún daño, y también obligarla a hacerse fotos desnuda, llegándola a amenazar incluso con un cuchillo".

De hecho, en uno de los autos de este procedimiento se indica que el detonante de la denuncia "no ha sido la agresión sufrida, sino el hecho del descubrimiento por parte del padre de la menor, de que le había desaparecido dinero de la caja de ahorros familiares, lo que nos lleva a pensar que no existen, desde luego, indicios sólidos contra el investigado".
Los hechos

Los hechos ocurrieron el pasado verano cuando la menor denunció ante la Guardia Civil a su entonces pareja, por agresiones, amenazas, por lo que el denunciado fue inmediatamente, según explica su abogado, conducido a los calabozos, donde pasó dos noches. Al día siguiente, el detenido pasó a disposición del Juzgado de Violencia de Género, donde "al principio se da veracidad a la denuncia de ella".

Durante la investigación, el Fiscal solicitó al acusado que colaborara, aunque insistió "en que no había hecho nada". A partir de aquí y con una orden de entrada al domicilio, puesto que ella había dicho que existían fotos íntimas, el sospechoso fue llevado a su domicilio esposado.

Una vez que llegó otro suplente al Juzgado, se levantó el secreto de sumario y se estableció una serie de medidas preventivas como la orden de alejamiento. Para poder cumplir esta medida, el joven tuvo que irse a otra ciudad a vivir. En este periodo de tiempo y, con la incorporación de la juez titular, se dio la orden para que la brigada científica realizara un informe. Es entonces cuando la investigación apunta a que la denuncia es falsa, algo que sucedió a los 16 ó 17 días de que se abrieran las diligencias.
De denunciado a denunciante

Esta situación supone un giro espectacular al caso y de esta forma el que hasta ahora era denunciado pase a ser denunciante, dando traslado a la Fiscalía de los hechos. Al ser menor en aquel momento, se le ha condenado a la chica a ocho fines de semana de arresto domiciliario y al pago de una indemnización de 4.000 euros por los daños morales causados, así como las costas procesales. Al principio del caso, el Ministerio Fiscal pidió 21 años al joven por los supuestos delitos causados contra la joven.

Tanto el joven como su familia están sufriendo secuelas de la falsa denuncia. Al comienzo de ese curso escolar, y antes de tener el archivo del caso, la familia de la menor se presentó en el Instituto donde estudiaban los dos para que expulsaran al joven. Él ha tenido que recibir ayuda psiquiátrica dada la ansiedad y los trastornos que viene sufriendo desde entonces.

Lacenaire

A ver si os creéis que voy a leer ese solomillo que habéis escrito con carmín ahí arriba.

Glatts

Échale mantequilla y te entra solo  ;)

Lacenaire

Respuesta correcta dado el tono del hilo.

usuario

Fake news

https://www.levante-emv.com/sucesos/2019/02/06/chica-dijo-haber-sido-violada/1831577.html

La chica que dijo haber sido violada por un taxista mintió por miedo a su familia


La Policía Nacional abre diligencias contra la joven como investigada por simular la agresión sexual
teresa domínguez 06.02.2019 | 13:36

La Policía Nacional ha abierto diligencias por denuncia falsa contra la joven de 22 años que denunció haber sido violada por un taxista en el trayecto desde su instituto a su domicilio, en el centro de València, el pasado 24 de enero, tal como informói Levante-EMV, que adelantó en exclusiva la apertura de la investigación policial. La joven inventó la violación por temor a su familia, que, según ella, es muy religiosa y no asume su relación sentimental.

La chica denunció, acompañada de su madre, que el taxista que la había recogido a la salida del centro donde estudia, en València, se había desviado de su destino y la había violado en un garaje. Sin embargo, ni la finca descrita existía ni el relato era coherente, ya que afirmaba que el párking no tenía puerta -en esa calle todos los garajes están cerrados- y describía los coches como "abandonados", algo que los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional comprobaron enseguida que era incierto.

Tampoco resultaba creíble que el presunto agresor sexual la llevase, después de haberla violado, de vuelta a las inmediaciones de su domicilio, arriesgándose a que se fijase aún más en él, que lo fotografiase o que tomase datos identificativos del vehículo.

Finalmente, al verse acorralada, la chica confesó a los agentes que había mentido. Explicó que tiene una relación no aceptada por su familia y que ese día había un evento familiar al que ni siquiera llegó a tiempo, por lo que, ante el revuelo por su tardanza y el enfado al llegar a su casa a las siete de la tarde -apagó el teléfono y simuló que se le había bloqueado-, inventó la violación.

La joven, que incluso estaba mintiendo en casa sobre su situación académica, no fue detenida, pero sí encartada en unas diligencias por denuncia falsa de la que ahora deberá responder ante la Justicia.